By Laura. Translated to English by Renee.
Reality doesn’t exist.
The world of the real is a series of landscapes of the possible.
A simple pact that designs the vestige of a perception.
A technical (technique) construction at the edge of code.
Our ideas direct our bodies to perceive and construct the reality that we experience/experiment everyday. When a group of people maintains the same beliefs, the group creates, molds, and preserves a consensual reality.
Could we say that the energy-idea of a group forms, establishes, and solidifies their reality?
Language is abstraction, symbols that represent things, for this, we can generalize when we speak and name what is absent. We speak of that which is in front of us, absent or far away in time and space. With language, we can invent things.
It is in language itself where the opposition between the real and that which doesn’t exist is established.
The language/tongue is the fundamental code of belonging and entering in the social world.
Language creates reality. Everything that is named belongs to the register/record/search of reality. Reality is an abstract, symbolic, and social construction.
In the design of a landscape first we inhabit a thought and then a materiality. We know as many landscapes as we develop points of view for observation.
The scientific thought of landscape proposes exhaustive studies of limited territories, their dynamics, evolution, and the interaction of their elements. Structural and functional units to be explained and understood, generally as an application to problems. Explanation offers provisional models, interpretations, and stereotypes.
Nature and landscape have always been modeled by the narratives of each era and the contribution of different technologies in shaping their perception.
In our times, new landscapes emerge in biotechnological visions. Life observes and defines as data of genetic codes, what can be manipulated, cut, transformed, modeled in its totality. The technologies of our gaze produce an individual reality.
These new practices alter our perception. Not only can we see more than before, but also what we perceive is not unconnected from the technologies we use nor the ambitions that we develop while using them. Landscape is modified and redefined by new problems that perceive in a different way or that do not exist because they can not be perceived, measured, classified, and quantified.
In the expansion of the perspective of landscape, islands of plastic waste in the ocean or the massive clearance of tropical rainforests are transformations that take place on a large scale and only can be perceived through areal photographs and satellite images. A remote and omnipresent point of view that adds and adds to the claim of perfect knowledge.
Original by Laura.
La realidad no existe.
El mundo de lo real es una serie de paisajes de lo posible.
Un simple pacto que se diseña en el vestigio de una percepción.
Una construcción técnica en el borde de un código.
Hay códigos de acceso, de sistemas de lenguajes y de reglas éticas y morales.
El lenguaje es abstracción, símbolos que representan cosas, por eso podemos generalizar cuando hablamos y nombrar lo que está ausente. Podemos hablar de lo que está ante nosotros, ausente o lejos en el tiempo o el espacio. Con el lenguaje podemos inventar cosas.
Es en el lenguaje mismo donde se establece la oposición entre lo real y lo que no existe, y la posibilidad de interacción y pertenencia social. Todo lo que se nombra pertenece al registro de la realidad, siendo entonces la realidad una construcción abstracta, simbólica y social.
Un lenguaje crea una realidad. ¿Un lenguaje crea una realidad.? ¿Cuántas realidades existen?
¿Un lenguaje crea un paisaje?
En el diseño de un paisaje primero habitamos un pensamiento y luego una materialidad. Conocemos tantos paisajes como puntos de vista desarrollamos para su observación.
El pensamiento científico del paisaje propone estudios exhaustivos de territorios acotados, dinámicas, evolución e interacciones de sus elementos. Unidades estructurales y funcionales que hay que explicar y comprender, por lo general para su aplicación a problemas. Con la explicación se ofrecen modelos provisionales, interpretaciones y estereotipos.
Naturaleza y paisaje han sido siempre modelados por las narrativas de cada época mediante la contribución de diferentes tecnologías en la configuración de la percepción de los mismos.
En nuestro tiempo nuevos paisajes emergen en las visiones de la tecnociencia. La realidad se observa y define como datos de códigos, que puede ser manipulada, recortada, transformada, modelada en su totalidad. Las tecnologías de nuestra mirada producen una realidad particular.
Estas prácticas configuran nuestra percepción. No solo podemos ver más que antes, sino que lo que percibimos no puede desconectarse de las tecnologías que usamos, así como tampoco de las ambiciones que desarrollamos durante el uso de las mismas. Nuestro mundo y sus paisajes osn alterados y redefinidos por nuevos problemas, que se percibían de una manera diferente o no existían porque no podían ser percibidos, medidos, clasificados, cuantificados.
En la expansión de la perspectiva del paisaje, las islas de residuos plásticos en el océano o la liquidación masiva de bosques tropicales, son transformaciones que tienen lugar a gran escala, y solo pueden ser percibidas a partir de fotografías aéreas o imágenes satelitales. Un punto de vista remoto y omnipresente que suma y suma datos a la pretensión del conocimiento o del control perfecto.
Original by Renee.
“Lo binario no puede sangrar,” says Franco Bifo Berardi. It is the contemporary problem of a world controlled by a capitalism that seeks to produce, produce, produce and create, create, create. We have other –quantum– technologies, but we don’t even understand the ones we swipe swipe scroll everyday. Our bodies are written out of the system, a metaphor for something else, like highways, and networks and clouds. However, we should remember –and we should feel: the algorithm is not only a discrete set of rules, a binary between 0 and 1, it is also a thought, something that arises from a reflection of the abstraction of numbers, and not human consciousness. It has its own aesthetic. It is a feeling that exposes its internal inconsistencies: the incomputable, lo incomputable, becomes the condition of the algorithm.
I argue: it is possible to access the aesthetics of the algorithm through movement; movement is what sustains the algorithm.
This where my feeling of dance and code begins. It is a spiral that traveses my way of thinking, both in writing and in movement. It is as much personal, bodily, as it is theoretical. It is an experiment. I think and work through process. I’m not a dancer, but somehow I always danced. And I’m not a coder, but somehow I always thought and wrote through codes. But when I say codes, I don’t mean those that are band-aids put on top of it all to produce produce produce and create create create in the world of infinite smooth scrolling interfaces. I am talking about those that feel, those that soft compute, those that bodies connect with even if we are out of touch. They are one and the same as the other ones, but I am looking for new tools to perceive, to touch, to think through both the formal and the feeling, lo formal y lo sensible. The relationship between dance and code is a methodology for thinking AI and beyond. My movements can help to put into words the here and now of the world as it is executed in both bodies and codes. Or at least, that’s the idea.
As we feel this here and now, we are spirals. We are not spiralling out of control. The feeling alongside the discrete, calculated, formal, and material was always part of this world in the first place. Sólo tenemos que contar –entrar en su modo de pensar– para poder sangrar.
By Renee. Translated to Spanish by Laura.
“Lo binario no puede sangrar”, dice Franco Bifo Berardi. Es el problema contemporáneo del mundo controlado por un capitalismo que busca producir, producir, producir y crear, crear, crear. Tenemos otras tecnologías –quantum–, pero ni siquiera entendemos las que deslizamos deslizamos en scroll todos los días. Nuestros cuerpos están escritos fuera del sistema, una metáfora de otra cosa, como carreteras, redes y nubes. Sin embargo, debemos recordar –y debemos sentir: el algoritmo no es solo un conjunto discreto de reglas, un binario entre 0 y 1, también es un pensamiento, algo que surge de un reflejo de la abstracción de números, y conciencias no humanas. Tiene su propia estética. Es un sentimiento que expone sus inconsistencias internas: lo incuestionable, lo inconputable, se convierte en la condición del algoritmo.
Yo sostengo: es posible acceder a la estética del algoritmo a través del movimiento; el movimiento es lo que sostiene al algoritmo.
Asi comienza lo que siento entre la danza y el código. Es una espiral que recorre mi forma de pensar, tanto en la escritura como en el movimiento. Es tanto personal, corporal, como teórico. Es un experimento. Pienso y trabajo a través del proceso. No soy bailarina, pero de alguna manera siempre bailé. Y no soy programadora, pero de alguna manera siempre pensé y escribí a través de códigos. Pero cuando digo códigos, no me refiero a aquellos que son curitas colocados encima de todo para producir producir producir y crear crear crear en el mundo de infinitas interfaces de scroll suave. Me refiero a los que sienten, a los que calculan con suavidad, a aquellos con los que los cuerpos se conectan, incluso si estamos fuera de contacto. Son uno e iguales a los otros, pero estoy buscando nuevas herramientas para percibir, tocar, reflexionar tanto sobre lo formal como sobre el sentimiento, lo formal y lo sensible. La relación entre la danza y el código es una metodología para pensar la IA y más allá. Mis movimientos pueden ayudar a poner en palabras el aquí y ahora del mundo, ya que se ejecuta tanto en los cuerpos como en los códigos. O al menos, esa es la idea.
Cuando sentimos esto aquí y ahora, somos espirales. No estamos fuera de control. El sentimiento junto con lo discreto, calculado, formal y material siempre fue parte de este mundo en primer lugar. Sólo tenemos que contar –entrar en su modo de pensar– para poder sangrar.
Links and Books
M. Beatrice Fazi – “Soft computing: forms and limits in computational aesthetics”
M. Beatrice Fazi – “Incomputable Aesthetics: Open Axioms of Contingency”
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