Territorios irresueltos del cryptoarte

Invitado: Julián Brangold

Cursó sus estudios secundarios en la escuela técnica ORT II especializado en medios de la comunicación. Realizó una tecnicatura en dirección cinematográfica en la Fundación Universidad del Cine. Participó de clínicas y talleres dictados por artistas como Carolina Antoniadis, Sergio Bazan, Diana Aisenberg, Rafael Cippolini, Tomas Espina, Rodrigo Alonso, Jorge Macchi y Marcelo Pombo. Exhibió sus trabajos en muestras colectivas en el CC Recoleta, CC Borges, Marq y Museo Fortabat, participó de la selección Premio Proyecto A, selección del jurado de la Semana del Arte Contemporáneo de Mar del Plata, selección del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 y Premio Andreani 2020. Su trabajo fue mostrado de manera colectiva en Alemania, Estados Unidos y más recientemente en Italia. Mostró su trabajo individualmente en las galerías Central de Proyectos y Praxis International Art. Participa actualmente del programa de artistas de la Universidad Torcuato Di Tella.

He graduated from high school with an orientation in Media and Communications. He later studied film direction in Fundación Universidad del Cine. He has attended workshops and critique programs dictated by artists such as Carolina Antoniadis, Sergio Bazan, Diana Aisenberg, Rafael Cippolini, Tomas Espina, Rodrigo Alonso, Jorge Macchi, and Marcelo Pombo. His work has been exhibited in spaces such as Centro Cultural Recoleta, Centro Cultural Borges, Museo Marq, Museo Fundación Fortabat. He was selected for awards such as Premio Proyecto A, received jury selection for Semana del Arte Contemporáneo de Mar del Plata, Salón Nacional de Artes Visuales, and Premio Andreani 2020. His work has been shown in group shows in Germany, the United States, and most recently Italy. He had solo shows in galleries Central de Proyectos and Praxis International Art. He currently participates in the artist program at Di Tella University. 

Ver su cryptoarte en SuperRare y en Rarible.
https://www.julianbrangold.com/

Por Julián

Pienso en un mundo del arte donde les artistas se compran obra entre sí como práctica cotidiana. 

En 2008 el White Paper de Satoshi Nakamoto propone una nueva manera de intercambiar valor a través de del uso de una moneda digital descentralizada y basada en lo que se llama la prueba de trabajo. Bitcoin y la blockchain. Esta propuesta no revoucionó el mundo de hoy, ni se convirtió en el estándar, pero gracias a ella el mundo del arte tiene en su interior un suave parásito que crece cada vez más y todavía no lo sabe. 

En ciertos pasillos recónditos de internet artistas, diseñadores, ilustradores y programadores entre otres, venden sus obras a traves de la blockchain. Su estética un adolescente todavía buscando su identidad. Su dinámica aún indefinida, extraña, impredecible, pero prometedora. 

Este nuevo mercado no viene sin sus problemas, arrastrados quizas del mercado del arte tradicional, arrastrados quizas del comportamiento humano. El star system que se impregna en todos lados. 

Como artista me intriga, me hace aparecer preguntas en relación a la realidad digital, el constantemente nuevo y renovado mundo en el que vivimos, y cómo quedo relacionado yo como artista a un mundo del arte arcaico y en llamas cuando existe otro en el ecosistema digital que por ahora… funciona…

Dice Simondon:

El arte sobrepasa los límites ontológicos, liberándose en relación al ser y al no-ser : un ser puede devenir y repetirse sin negarse y sin negar haber sido, el arte es poder de iteración que no destruye la realidad de cada recomienzo; en esto es mágico. Hace que toda realidad, singular en el espacio y en el tiempo, sea sin embargo una realidad en red : este punto es homólogo a una infinidad de otros que le responden y que, formando parte suya, no destruyen la ecceidad de cada nudo de red : allí, en esta estructura reticular de lo real, reside lo que podemos llamar el misterio estético.

 (Simondon, 1989, 275).

Por Laura Benech

¿Hay una manera particular de pisar en territorios subterráneos?
Un territorio es un espacio, región o paisaje y desde el punto de vista político
marca límites de actividad institucional.
¿Podemos pensar a la tecnología blockchain como un nuevo territorio?.
Un territorio que se despliega por sobre, o quizá más bien por debajo, de otros
territorios. En este territorio, otros paisajes surgen de la desmaterialización de los
límites.
Túneles ciegos de cadenas de bloques circulan a velocidad aceleracionista
formando paisajes de datos inaccesibles en este espacio sin horizonte.
¿Dónde se encuentra el punto de fuga?
Una capa digital de producción descentralizada y arquitectura transparente que
requiere conocimientos de dominio especializado.
La noción de lo cripto, que en castellano sólo usamos para referirnos a la
criptografía, remite a la idea de mensaje escondido. En su etimología se vincula a
la palabra cripta que denomina un lugar subterráneo en el que se acostumbraba
enterrar a los muertos, así como a un piso subterráneo destinado al culto en una
iglesia.
Un arte cripto o cryptoart que produce objetos escasos digitales verificables, que
existen porque se rastrean apela a otras sensibilidades.
Y nuevos imaginarios circularan y se acumularan en esta capa de máquinas que
verifican ¿la existencia de lo real o la realidad de lo verificable?

Por Renee Carmichael

Este texto será puesto junto a una conversación sobre el mundo del crypto-art, blockchain y otros temas que aún no puedo predecir y que espero que salgan de este “jargon/jerga” de lo nuevo y las soluciones de los start-ups. Pero al momento de su escritura siento que es como entrar en una burbuja pero no romperla.

Como un experimento científico de lo que estuvimos y estamos hablando y que seguimos pensando, pienso el crypto-art como un caso de estudio específico para experimentar algunas ideas sobre la estética en lo digital, la realidad y las categorías que ponemos a nuestros scrolleos infinitos. Quiero estudiar este mundo a la Karen Barad –con nociones entangled, en relaciones con agencia–. Es un mundo que todavía no sé cómo encajar en mis sensaciones, pensamientos y narrativas críticas. Por un lado quiero odiarlo, con su lema de vender vender vender y las estéticas f que lo acompañan; por el otro, estoy intrigada y lo quiero estudiar como una realidad que va más allá de la separación entre lo virtual y lo real en las narrativas tecnológicas, casi como un micro-cosmos de lo que pasa a escala más grande. ¿Es un mundo inútil que no propone una solución o algo diferente, o es que justamente por ser inútil es un mundo que escapa la rueda, al menos por ahora o por un rato, de tener que solucionar problemas? No lo sé, pero es esta tensión que mueve mis pensamientos, que me da la curiosidad de formular este experimento, que viene después en la conversación y en este audio.  

Pienso que mi experimento del crypto-art es un ejercicio de hacer distinciones. Esto no quiere decir poner cosas en categorías ni poner límites. Hacer una distinción es relacionarse con la consistencia de algo que opera con, por y a través de cuerpos, tanto humanos como no-humanos. Si puedo sentir algo como una repetición, es parte de mi realidad, es una coherencia de ritmo que me hace mover, pensar y sentir. En el fondo siempre hay otras cosas y realidades, pero en mi foco, mi burbuja, mi no-coincidencias de scrolleos que propone el algoritmo, hay crypto-art. Por supuesto esto no es por casualidad. Es un mundo que está formado por mí, pero también por otros. Si estoy adentro, ¿cómo puede experimentar la tensión entre lo útil y lo inútil? Por supuesto, hago esta pregunta pensando en mi relación crítica y corporal con la tecnología y los códigos.

Lo que propongo en estas palabras entonces es mí metodología de llegar hasta aquí. En este momento no puedo hablar de conclusiones fijas y concretas, falta la conversación que ahora están escuchando. Este texto es el momento de hacer la distinción, de estar consciente de una relación que tengo con el crypto-art. Sólo después, con lo que sigo, en relación con Laura y Julián y ustedes que prestan su atención, puedo empezar a ver los resultados, o, probablemente como lo que me pasa siempre, más preguntas que respuestas.

Sin embargo, en el momento en que escribo este texto, estas son mis preguntas para el experimento con crypto-art: 

¿Emerge una estética que habla de una relación concreta con la tecnología? 

En el mismo sentido, ¿se puede estudiar el crypto art como una realidad que tiene otra perspectiva de lo digital? 

¿Importa que no soluciona un problema o es justamente por eso que tiene un valor interesante? 

¿Cómo funciona la categoría crypto-art, y cuales son los efectos de poner esta categoría? 

¿Cuáles son los problemas de este mundo? Por un lado necesita una energía enorme para operar, pero después, ¿hay otros?

¿Porqué siento el límite de este mundo? y ¿Por qué hay algo que me interesa? y ¿Qué es? 

Links y libros

La autocomplacencia del criptoarte

Blockchain, The Amazing Solution for Almost Nothing

Undocumented events and object permanence

Escuchar

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