Cita Barad 1
“Las prácticas sociales, tecnológicas y científicas que incluían dispositivos enredados de conquista colonial, la democracia, el cuidando del mundo, el antianarquismo, los trenes, los telégrafos, los relojes y otro dispositivos electro-mecánicos compuestos por cables y engranajes, juegan un rol en la producción de la teoría especial de la relatividad. Lo que estaba en juego, según Galison, era “siempre práctico y más que práctico, al mismo tiempo, la necesidad material-económica y el imaginario cultural” (367). El tiempo no es una idea abstracta para Einstein, el tiempo es lo que medimos con un reloj. Como Bohr argumentó, y el ejemplo de Galison ilustra hermosamente, las ideas que hacen una diferencia en el mundo no están volando en el aire, libre del peso de sus instancias materiales. Teorizar no es dejar el mundo material detrás y entrar en el campo de ideas puras en que el espacio elevado de la mente hace posible reflexiones objetivas. Teorizar, como experimentar, es una práctica material.”
Nota de las traductoras
Qué nervios: la experiencia de traducción salvaje
Encendelo: dijimos desde hace pocas semanas hablando de hacer una traducción salvaje de Barad. Y momentos después llegaron los nervios. Es un viaje difícil de pensar, hacer y cambiar, pero uno que nos abrió mundos e ideas para nuestras prácticas artísticas propias. El cómic se encuentra en el ultimo capitulo del libro de Barad y puede mostrar estos nervios, pero desde un sentido irónico, porque si realmente incorporamos el argumento de Barad, nos relacionamos con una potencialidad de resistencia a la exclusión sistémica de cuerpos. A través de Barad, sabemos que siempre hay desplazamientos y responsabilidades por ellos, pero al mismo tiempo que no estamos solos: cada parte de la ecuación, humano y no humano, también tiene su responsabilidad dentro del mismo desplazamiento. Ninguna cosa está fija, emerge a través de las agencias, contextos y aparatos que usamos para ver, medir, mover o crear. Como veremos, el argumento de
Barad no es menor. Es una perspectiva contraria a muchos de los conceptos que han formado nuestro mundo, como la división entre la palabra y la cosa o el concepto de individuo. A pesar de los nervios, el acto de relacionarnos con las ideas de Barad nos hace recordar qué lindo es realizar un experimento así, juntas y con otrxs, humanos y no humanos. Nos paramos desde este lugar, desde las sintonías y las diferencias de nuestras experiencias con los argumentos de Barad.
Esta manera de pensar, que rompe con la idea de que hay objetos fijos, es un punto principal de Barad, y muestra la dificultad de una lectura de su libro porque trae muchas ideas que van contra el sentido común, a veces de manera tan sutil, como su experiencia de ver los átomos por primera vez a través de un microscopio. Su concepto principal se llama realismo agencial, o la idea de que el realismo está basado en las intra-acciones que tienen efectos reales en cuerpos, objetos, palabras, aparatos, teorías y experiencias. Es la idea de que somos parte de la naturaleza que buscamos entender. O sea, hacemos la naturaleza a través de las intra-acciones, pero también, somos naturaleza, como cualquier otro concepto o cosa. Es fuerte porque requiere repensar todo los conceptos que tenemos para entender el mundo, como la intencionalidad, el poder, la casualidad, etc. Pero en primer lugar, desde nuestra experiencia de hacer la traducción, nos hizo emerger estas sensaciones inexplicables y únicas, típicas de los momentos cuando todas las partes de una obra o un texto empiezan a materializar como conjunto. Son momentos felices y complejos.
Somos parte de la traducción salvaje y somos parte salvaje de la traducción, pero no vamos a decir que entendimos por completo las ideas importantes de Barad. Esto sería un reclamo que iría en contra de su argumento. La traducción emerge con nostoras, Barad, traducir, Word y el taller. No podemos entender al otrx por completo, pero sí, podemos abrir un experimento como este para pensar juntos las agencias y diferencias que emergen en las relaciones, humanas y no humanas, del experimento. Compartir la experiencia de traducción con otrxs y seguir aprendiendo al abrir relaciones nuevas es el objetivo.
Cuando las palabras de Karen Barad llegan a nuestras lentes de pensamiento crítico: cada una resonó por razones diferentes. Pero algo que tenemos en común es la experiencia de hacer, corporalmente: traducimos unas oraciones, después pararnos y caminar, y luego volver a traducir, desde casas diferentes, cuerpos diferentes y acciones diferentes. Antes de hacer la traducción, creamos el hashtag #feminismocuántico en unos de nuestros primeros posteos en el Instagram de Liminal Bits. Una categoría salvaje para denominar el campo de las experiencias que emergen de nuestros intercambios mediante palabras, tonos, scrolleos infinitos, memes, movimientos, cuerpos y videos de science for dummies, risas, traducciones, y los podcasts.
La traducción salvaje: ¿cómo es? Lo que importa son los verbos que ayudan en el proceso de materializar las palabras. Traducir salvajemente es hacer relaciones salvajes con otrxs, tomando en cuenta la experiencia propia y la responsabilidad. Es una metaexperimentación de las ideas de Barad, de ponerlas en práctica en el “cómo” de la traducción. Es visibilizar/pensar/dibujar/escribir/bailar/cualquier verbo que se requiera para
experimentar las relaciones entre lo humano, no humano y el materia/sentido (matter). Es
ser salvaje porque la traducción no esta autorizada, pero también porque traducir es siempre incorporar pensamientos y experiencias nuevas. Partiendo del titulo del libro, es ir a medio camino, a pesar de la imposibilidad de traducir. Como artistas, es poner en práctica.
Cita Barad 2
““Nos convencemos no por unas teorías deductivas de alto poder sobre la [entidad siendo visualizada] –no existe una– sino por una gran cantidad de generalizaciones entrelazadas de bajo nivel que nos permiten controlar y crear fenómenos en el microscopio” (209). En este sentido, el STM es un ejemplo particularmente interesante. Debido a que opera a través de un conjunto diferente de principios físicos que los microscopios ópticos, socava toda ilusión de que la imagen representa la mera magnificación de lo que vemos con nuestros ojos. De hecho, como Hacking nota correctamente, los microscopios ópticos no operan como lupas; mientras que la óptica del ojo y la lupa pueden ser explicados usando los principios de la óptica geométrica (e.g. las leyes de refracción), las investigaciones meticulosas de Ernst Abbe de las operaciones del microscopio, muestran que el fenómeno de difracción es central a la operación del microscopio óptico. Las ópticas geométricas no son suficientes para explicar la función del microscopio; las leyes de la óptica física tienen que ser tomadas en cuenta. El ejemplo de STM hace que la diferencia sea clara. Si hacemos zoom sobre las prácticas de formar una imagen mediante un microscopio de efecto túnel, queda muy claro que sería una distorsión de los hechos comparar la formación de la imagen con tomar una fotografía con una cámara de apuntar y disparar. “Representar” no es simplemente una cuestión/materia/sentido de retroceder a una cierta distancia y abrir los ojos o apretar un botón. Al contrario, expertos de STM, como Don Eigler, han sugerido que la formación de la imagen a través del microscopio de efecto túnel se asemeja más a un encuentro que involucra/engages el sentido del tacto, que a la vista: el STM “forma una imagen de manera similar a la que una persona ciega forma una imagen mental de un objeto a través de sentir el objeto” (Eigler 1999, 427). Como una persona ciega usa un palo para escanear la topografía del paisaje, así el sistema operativo del STM mueve el punto del microscopio en la superficie del espécimen que está visualizado. (El punto de microscopio, que es un alambre de tungsteno finamente afilado, termina en un átomo singular). Pero más que ser un tocar físicamente del palo a la superficie de la calle para escanear por muescas en el camino, el STM opera a través de un escaneo que usa un “túnel corriente” para “sentir” la superficie.
El efecto túnel (“Tunelear)”, un fenómeno exclusivo de la mecánica cuántica, permite a las partículas atravesar barreras de energía que deberían ser, al menos de acuerdo con las leyes de la física newtoniana clásica, imposibles de atravesar. En este caso, las partículas en cuestión son electrones. La capacidad de los electrones (mecánica cuántica) de atravesar la barrera depende de la distancia entre la punta del microscopio y la superficie de los átomos de la muestra que está siendo medida. Cuando la punta está lo suficientemente cerca de la superficie de la muestra, los electrones fluyen cruzando la barrera y formando una corriente pequeña de electricidad. La corriente así formada entre el punto y la superficie proporciona una medida detallada de la estructura de la superficie. Un voltaje pequeño es aplicado al punto de microscopio. Si la punta luego está posicionada lo suficientemente cerca de la superficie del espécimen (típicamente dentro de pocos nanómetros), un número pequeño de electrones fijados a la superficie del espécimen (por la fuerza electromagnética) tunelearán para cruzar la brecha, formando así una corriente muy pequeña entre la “nube” de electrones de los átomos de la superficie de la muestra y la punta. La cantidad de corriente que fluye está relacionada a las cualidades de la barrera de energía, que es en sí directamente relacionada a la organización específica de átomos en la superficie. Usando un cristal piezoeléctrico para posicionar delicadamente la punta del microscopio pocos nanómetros por encima de la superficie del espécimen, hace posible escanear la punta cruzándola a muy poca distancia. Los datos de la corriente de tunelización medidos pueden luego mapearse en una imagen en la pantalla de una computadora. En otras palabras, el STM aporta una imagen de la organización atómica de una superficie a través de sentir corrugaciones en la “nube” electrones de los átomos superficiales del espécimen.
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